10 Razones para ver Biutiful

Biutiful, señoras y señores que nos hacen el favor de leernos, de la luminaria cinematográfica nacional, el señor Iñárritu, es una buena película, y para demostrarlo, he aquí diez poderosísimas razones.

1) Para empezar, se trata de una película que encierra una valiosa lección de vida que, parafraseando al poeta del pueblo, Napoleón, podría enunciarse así: hombre si te dices hombre, acude al urólogo para un tacto, de preferencia al cumplir los 35 años.

2) Por si lo anterior fuera poco, en Biutiful el espectador es, a los quince minutos, empático con el personaje, dado que él mismo experimenta la sensación de ser el moribundo... de aburrimiento.

3) Advierte sobre los riesgos de adquirir fayuca; en caso de hacerlo, uno podría terminar con la muerte de mil chinos pesando sobre su consciencia. En todo caso, se podría pensar que es una lección para los chinos, la mala calidad de sus propios productos nos mata a todos.

4) Otra de las inefables bondades del filme es que el espectador la pasa llorando: por los diálogos, por el hábil manejo del modramón televiso y, sobre todo, por la falta de color en los personajes y el lamentable uso chantajista de la música.

5) Contiene una digresión gratuita (¡Si, gratuita! ¡Eso significa que te dan más por tu dinero!) sobre el amor homosexual de unos chinos tratadores de personas.

6) El autor hace bien en ir contra la superstición, tanto así que se olvida por completo de los poderes paranormales de su propio personaje.

7) De verdad, de verdad, hay que hacerse el tacto, a los 30 si es posible.

8) Representa una valiosa lección de economía familiar: es posible subalimentar a los hijos aun cuando cada tres escenas se recibe un fajo de billetes.

9) Para ser recordado, basta con comprarles a tus hijos un souvenir barato del new age, unas piedras de jade, para eso de las vibraciones. (¡dah!).

10) Y... lo mejor de la película es, sin lugar a dudas, la secuencia de créditos.